La celulitis puede ser de distintos tipos y atraviesa
por unas fases:
- Fase 1: la zona celulítica se palpa espesa, menos elástica y más fría, comienza a verse a la presión la “piel de naranja”. Pueden aparecer algunas “arañas vasculares” y edemas. Se debe a un enlentecimiento de la circulación sanguínea y linfática. Esta etapa es reversible.
- Fase 2: la retención de líquidos (edemas) es mayor y el líquido empuja y comprime todo lo que tiene alrededor; las células de grasa se hacen mayores y aumenta su número. Aparecen estrías y varices. La piel de naranja empieza a hacerse visible sin presión, y puede ser dolorosa al tacto. Es reversible
- Fase 3: aparición de fibrosis debido a la degeneración del colágeno de las células. Se forman bloques amorfos (nódulos) que aprisionan las células de grasa repletas de triglicéridos. Aparecen estrías nacaradas. Se hace difícil la reversibilidad, salvo por un tratamiento exhaustivo, agresivo y sostenido.
- Fase 4: fibrosis cicatrizal, con verdaderas cicatrices. Los nódulos son mayores. Esta fase es imposible de revertir, pero puede mejorarse.
Podemos
distinguir distintos tipos de celulitis localizada: dura
que aparece en deportistas o bailarinas debido a una mala nutrición
y oxigenación de la piel; fláccida
por sedentarismo, abandono del ejercicio físico o por tratamientos
dietéticos abandonados con posterior recuperación del exceso de
peso; edematosa
frecuente en jóvenes y adolescentes, produce retención de líquidos
sobre todo en las piernas. Está influida también por cambios
hormonales.
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