domingo, 19 de mayo de 2013

DOLOR AGUDO EN LA ESPALDA--LUMBAGO, CIÁTICA---ACTUACIÓN EN UNA CRISIS--1

ACTUACIÓN ANTE UN DOLOR AGUDO EN LA ESPALDA:


          El dolor es el síntoma palpable de que algo marcha mal. Suele ser el aviso perentorio que nos machaca, para que intentemos poner remedio a un problema.

            Aparece en muchas ocasiones sin avisar, es difícil evaluarlo en una escala; y cada ser humano lo tolera de distinta manera. Puede ser de distinto tipo, intensidad. Puede reflejarse a otras partes del cuerpo. Aparece, desaparece. A veces, se convierte en parte de nuestra vida.

            ¿El mejor tratamiento? Prevenirlo.

            No obstante, podemos estar preparados ante posibles crisis de dolor agudo. Utilicemos como ejemplo una fuerte lumbalgia:

Primera fase

            En una fracción de segundo, notamos que algo no va bien y de repente, los músculos se agarrotan, tiran, se contraen. Es un mecanismo de defensa para proteger la columna. Se produce una gran tensión, dolor paralizante, escalofríos, incluso una leve conmoción.
           
Si el espasmo ocurre mientras estamos en pié, en el momento que el dolor paralizante lo permita; intentaremos descargar el peso del cuerpo sobre los brazos (apoyándonos en una mesa, por ej.) y descargando las piernas.

            Respiraremos lenta y profundamente. Por dos motivos: para relajarnos y para aliviar la conmoción. Si no tenemos claro cuál de los dos lados de la espalda, duele más, cuál es el más afectado (el dolor se refleja en otras zonas anatómicas) moveremos suavemente la pelvis de dcha. a izda. Una vez que lo tengamos claro,
lentamente, muy despacio, manteniendo la respiración profunda, nos pondremos de rodillas, a cuatro patas.
Extenderemos la pierna del lado más tenso y bajaremos el resto del cuerpo hacia el suelo.
                                         
               
  Doblaremos la rodilla opuesta hacia el pecho, y colocaremos la cabeza mirando a ese lado. Los brazos los colocaremos acordes a las piernas: de un lado estirado, del otro doblado.
             En esta postura descansaremos hasta sentirnos más tranquilos. Podemos ayudar a relajar más los músculos de la espalda, contrayendo los abdominales.





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