domingo, 26 de mayo de 2013

FUNDAMENTOS DEL MASAJE (3)

FUNDAMENTOS DEL MASAJE (3)


B.ANTES DE EMPEZAR UN MASAJE:



LA PRINCIPAL HERRAMIENTA


       Las manos son la herramienta principal que utilizaremos. Codos y antebrazos también son útiles en algunas ocasiones. Los pies en determinadas modalidades de masaje. 

          Por descontado, esa herramienta debe estar a punto y bien cuidada:

  • --calentar dedos y palmas, con frotamientos, estiramientos, fricciones es imprescindible.
  • --las manos deben estar limpias, lavadas con jabón. Las uñas cortas y romas. La piel bien hidratada y sin heridas (si tenemos alguna debemos taparla y cuidarla adecuadamente). Fuera anillos, relojes y perfumes excesivos.


 OTRAS HERRAMIENTAS


       Un lugar cómodo y agradable donde tumbarse o sentarse, toallas, papel de manos desechable, una crema de masaje básica, un aceite vegetal de masaje simple (aceite de almendras, aceite de girasol), algún cojín…



UN LUGAR

       Necesitamos una habitación confortable, suficientemente cálida y ventilada, bien iluminada ( siempre podremos bajar la persiana o apagar luces si queremos un ambiente con luz menor); donde tengamos a mano lo que podamos necesitar de forma ordenada y cerca de un lavabo. Si utilizamos música relajante, necesitaremos también un pequeño aparato reproductor. Y POR SUPUESTO, SIN RUIDOS EXCESIVOS Y SIN TELÉFONOS.

C. EL MASAJE:


       Cada masaje que demos, nos irá aportando experiencia. Al concentrar todos los sentidos en lo que hacemos, sin darnos cuenta iremos aprendiendo a distinguir zonas más o menos rígidas debajo de la piel (contracturas); al tacto distinguiremos las diferentes texturas que tienen los huesos, músculos, tendones, ligamentos, arterias, venas, nervios (aptitud que podemos desarrollar en nosotros mismos). Disfrutaremos al comprobar como esas zonas “duras” remiten al contacto de nuestras manos. Escucharemos la respiración tranquila y relajada de la otra persona, que sin darnos cuenta, terminará acompasada con la nuestra.
       Por tanto, la sensibilidad es necesaria para reconocer y adaptarnos a las sensaciones de la persona que recibe el masaje y por supuesto, evitar provocarle dolor. Ella misma nos indicará sus zonas doloridas, dónde acumula el estrés, los movimientos que le son más agradables y beneficiosos...


       La causa del dolor, de las zonas rígidas en los músculos, es a menudo, un estado de tensión elevado en esa zona muscular. Esta tensión obstaculiza la circulación sanguínea, y también el aporte de oxígeno que reciben las células musculares, la energía y la eliminación de los productos de desecho de su metabolismo.

       Durante el masaje no tiene que doler nada, y menos como consecuencia del mismo. Cuando nos damos un masaje notamos rápidamente cuando la presión es excesiva. Insistiremos a las otras personas, para que cuando les demos masaje, nos avisen inmediatamente si aparece dolor para reaccionar inmediatamente. 

revistabuenavida.blogspot.com


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