Publicado en Facebook "héroes del pensamiento" grupo de filosofía
Nosotros
mismos producimos unos niveles de estrés, que somos incapaces de
soportar. Estos niveles podrían estar provocados por factores
estresantes (“estresores” los llaman los gurús del tema)
perfectamente reales, (aunque habría que plantearse qué es eso de
la realidad); y por otros, que aunque puedan formar parte o no
de la realidad; nuestra mente, carácter, personalidad, vivencias...,
los procesan como tales; como “estresores”
dañinos.
Si
alguien realmente convencido, considera que el estrés le está
amargando la existencia, uno de los primeros ejercicios que se le
suele proponer, es escribir una lista con tres columnas, en las que
enumere:
- 1. ¿qué crees que te provoca el estrés?;
- 2. ¿qué consideras que debería cambiar para que no te estresaras?;
- 3. ¿qué medidas utilizas diariamente contra esa situación estresante?
La
práctica, es antiquísima, utilizada mil veces; pero sigue
demostrando una utilidad fantástica. Se trata de que esa persona, de
la forma más objetiva que pueda (que subconscientemente no lo va a
ser) defina su realidad respecto al problema.
Los mejores resultados,
se consiguen cuando ese listado es valorado además, por una persona
de confianza del entorno. Que también intentará ser muy objetiva
(pero....el subconsciente...la amistad....el cariño....etc., vamos,
tampoco lo será al 100% .) y conseguiremos intuir como esa persona
se refleja en los demás. Una cosa es lo que nosotros pensamos y
entendemos de nuestra persona, que por regla general, no suele tener
nada que ver con la imagen que reflejamos en los demás (efecto
espejo, efecto reflejo).
La delimitación del problema, incluso,
puede ser más efectiva, si preparamos nuestro listado, lo revisamos
unos días más tarde; antes de entregarlo a la persona “espejo”,
que puede hacer lo mismo, con algún tiempo de lapso. Aquí tenéis
una propuesta en forma de diagrama de ideas:
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