jueves, 6 de junio de 2013

TÉCNICA MIXTA DE RELAJACIÓN auto-relajación y sentir el cuerpo pesado y flojo.

AUTO-RELAJACIÓN Y SENTIR EL CUERPO PESADO Y FLOJO. A

          Esta técnica, además de relajarnos, sirve para descubrir, que una vez aprendido su desarrollo, sin necesidad de que nadie nos dirija o supervise, estamos perfectamente dotados y capacitados para llegar al relax. Sirve, por tanto, para desarrollar el potencial de nuestra mente. Dependeremos de nosotros mismos. Obviamente, tampoco necesitaremos grabaciones  que en muchos casos, llegan a convertirse en objetos “mágicos” sin los que no podremos relajarnos.



         Podemos adoptar dos posturas fundamentales: sentado y tumbado.

--Nos sentamos cómodamente, con los pies apoyados en el suelo. Las manos descansan en los muslos y tenemos la espalda en posición vertical, recta, sin forzar. La cabeza cae ligeramente hacia delante. La boca está floja, algo entreabierta con mandíbulas separadas y la lengua apoyada en el borde interior de los dientes inferiores.

--Si preferimos tumbarnos, lo haremos boca arriba, con los pies extendidos y ligeramente separados, cayendo hacia fuera. Las manos se extienden a lo largo del cuerpo con las palmas un poco vueltas hacia arriba, sin forzar.
         No obstante, en esto como en todo, cada persona es única y especial, por lo que cada uno debe encontrar su postura ideal.

--       Iniciamos la respiración completa. Visualizamos y nos concentramos en el aire que inspiramos y expiramos; podemos pensar que el aire que entra nos renueva y el que expulsamos sirve para eliminar toxinas del cuerpo.
--       Los ojos podemos cerrarlos desde el principio o mientras respiramos. Antes de hacerlo, dirigiremos la vista hacia atrás, como si quisiéramos mirar nuestras cejas. Mantendremos así la mirada, intentando no parpadear, hasta que tengamos ganas de cerrarlos.

--       Después de unos cinco minutos de respiración completa, comenzamos la relajación. Un detalle, si nos entran ganas de dormir, y/o el cuerpo nos pide una inspiración profunda la haremos (un suspiro por ejemplo)
--       Llevamos la atención a nuestro cuerpo. Empezamos por uno de nuestros brazos, por ejemplo el dcho. Con la mente lo recorremos sin prisas, repasamos su posición, longitud, forma, como es el roce de su piel con la ropa, el contacto con la silla o el suelo, el contacto entre los dedos… lenta y minuciosamente, tomamos conciencia de esas sensaciones. En ese momento, esa parte del cuerpo es lo único que atrae la atención de la mente. Pensamos e imaginamos que está flojo, suelto, cada vez pesa más, cada vez más. Pesa una tonelada y no podemos (ni queremos) levantarlo ni moverlo.
--       Hacemos lo mismo con el otro brazo. Ambos deben quedar relajados, flojos, sueltos y pesados.
--       Pasamos a las piernas. Primero una y luego la otra, sin prisas. Empezamos con los pies. Repasamos mentalmente la forma, longitud y tamaño de los pies. Notamos su contacto con el suelo, con los zapatos, con las ropas. Observamos la planta del pie, los talones, los tobillos, el puente, los dedos, las uñas de los dedos..
 
--       Deslizamos la atención, hacia arriba. Contemplamos las pantorrillas, las rodillas y los muslos. Su forma, su posición… Queremos percibir sensaciones y sentirlas. Nos concentramos en toda la pierna, sólo en ella, el resto del cuerpo no nos interesa, de momento. Notamos que la pierna está caliente, pesa mucho, está floja, no podemos levantarla. Hacemos lo mismo con la otra pierna. 



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