ESTRÉS--
-- CAMBIOS EN LA CONDUCTA PARA ALIVIAR EL ESTRÉS
Las
pautas o patrones individuales, que hacen que nos comportemos
generalmente, de un modo determinado es lo que denominamos CONDUCTA. Fruto maduro
(aunque en algún ser humano algo "verde" a pesar de las
muchas primaveras y veranos cálidos para la maduración) del
aprendizaje; proceso por el que hacemos propios, interiorizamos,
mimetizamos y repetimos; una serie de conocimientos o conceptos.
El
aprendizaje (dando por supuesto que el ser humano por naturaleza
tiene la capacidad de ello toda la vida…; mucho suponer…) por
tanto, puede ser reconducido, mejorado o cambiado. Y la conducta,
familiar directo de la susodicha ilustración; puede mudar o ser
encauzada.
Evolucionar a o morir.
Aprendemos
continuamente, a través de estímulos negativos y positivos.
Individualmente, en un contexto cultural y social. Asimilamos nuevas
informaciones, construimos representaciones mentales y funcionales;
que aplicamos en distintas situaciones. Y este aprendizaje deja
huella física y mental en el cerebro, de cada individuo. En él,
interaccionan tres esferas de la psique humana: afectiva, cognitiva,
y la esfera expresiva. Con las propias aptitudes y limitaciones.
Opiniones,
estilos y teorías ( conductismo, reforzamiento, cognitivismo,
Skinner, Gagné, Bruner, conectivismo de Siemens…) sobre el
aprendizaje hay muchas y variadas.
Pero de lo que realmente quiero
escribir, es del proceso acierto-error, que positivamente influye
sobremanera en el sufrimiento del estrés. Aprendemos porque
acertamos en la diana, y también cuando la flecha ni siquiera sale
del arco, porque erramos llanamente.
El
problema surge, cuando la conducta no tolera el fallo. Y no lo
soporta porque somos superhombres infalibles, porque la cultura,
sociedad, y los demás no lo toleran; y no hemos aprendido a
equivocarnos. Está prohibido, si no aciertas eres tonto, antiguo,
idiota, etc…
No
debemos tener miedo a equivocarnos, es una forma de aprender. NUESTRA
FORMA DE APRENDER. Pensemos que somos un bicho viviente, que choca de
forma continua con las mismas piedras en el camino polvoriento. Pero
un error, puede ser una fuente de aprendizaje inmensa, motivante, y
enriquecedora. Puede y debe serlo.
Los errores deben valorarse
positivamente: qué he aprendido, qué debo variar para mejorar, cómo
debo responder la próxima vez… Ver el vaso medio lleno, en vez de
medio vacío…
Y
personalmente, recomendaría equivocarse con "salero". No
quiero decir que nos regocijemos con los errores monumentales (que no
debemos confundir con negligencias) pero al errar día a día, en el
devenir del aprendizaje que es la vida; decir y sentir "Sí
me he equivocado, este error servirá para aprender y la próxima vez
lo haré mejor ¿por qué no?; y
RECONOCERLO, porque somos humanos. Ni seres todopoderosos,
infalibles, incontestables, omniscentes, superiores…
Somos
unos bichos humanos en vías de evolución en el polvo del Universo
sembrado de obstáculos… (imaginad que alguna vez la frasecita se
convierta en una de esas citas maravillosas que deja el cerebro
humano, amenizada con banda sonora como "Dust in the wind"
de Kansas, ja ja ja, que fuerte…)
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