martes, 9 de julio de 2013

PERSONALIDAD, MOTIVACIONES Y ESTRÉS A

PERSONALIDAD, MOTIVACIONES Y ESTRÉS


            Elegir o no hacer algo, cuando realmente nos interesa (vamos, cuando nos da la real gana…) puede convertirse en un arma arrojadiza de doble sentido ¿Acertamos? ¿Erramos? Si no acertamos podemos hundirnos en la miseria del estrés.


        Sigamos con el lío sobre la personalidad.

                   La experiencia me ha enseñado, que simplemente el hecho de hacernos conscientes de la existencia de actitudes y aptitudes, que componen la cotidianidad nos posibilita de forma consciente, a su modificación (obviamente si nos interesa…). 

        ¿Qué es la voluntad? ¿Cómo funciona ese atributo del que disponemos, que ante ciertas circunstancias desaparece? ¿Somos esclavos de ella, o ella es esclava nuestra?
     
            Digamos, que es la capacidad que todos tenemos para elegir entre realizar o no, de forma consciente, una acción. No hace mucho leí "Conócete a ti mismo" de Joaquín Trincado, en el que define "la voluntad racional como causa única del universo y toda demostración de vida llamándose esa voluntad racional, sencillamente, Espíritu", que humildemente recomiendo.

Esta acción voluntaria transita por unas etapas:
  • motivación, el motivo que justifica la acción; produce un deseo para lograr un objetivo. Deseo, maravilloso tesoro incentivado por la innata curiosidad humana.
  • racionalización que valora la necesidad de actuar (se valoran los datos, el juicio y el razonamiento entran en juego). Aquí que disparen los amigos filosóficos…
  • Decisión, la etapa más lenta, se decide si se hace o no la acción, así como la mejor manera de hacerlo. Se valoran los "pros" y los "contras". Es lenta y hasta complicada, muchos podemos quedarnos "engatillados" en esta etapa el resto de la vida.
  • Por último, la acción que cumple el deseo de la motivación, si la decisión es acorde con nuestros intereses, al realizarse produce satisfacción; si no es así, frustración.
             La voluntad también se ve influida por la tenacidad, la constancia y la perseverancia. Y es un proceso retroalimentado, de aprendizaje para futuras acciones. No sólo es asunto mental, psíquico; también produce cambios físico-químicos y biológicos. Aunque lamentablemente, como comentaba la semana pasada; dentro del software humano, equivocarnos produce displacer y nos aterra (vamos, en sentido llano, acertar de pleno en el blanco produce "gustito", mientras que equivocarnos "da mal rollito")










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