Hablamos de motivaciones,
intereses; como factores que nos mueven hacia algo, hacia una
acción (aunque no sea inmediata y pueda quedar suspendida en el
tiempo, hasta que la realicemos). Nuestro comportamiento, voluntad,
están condicionados por la motivación, para actuar con arreglo a
sus necesidades. Si la motivación siempre es negativa, la actitud
ante la existencia también lo será. Si mi mente predispuesta,
siempre me dice "pobrecillo, que pena das, nadie te valora ni te
quiere, todos se aprovechan de ti, nunca serás nada…" ten por
descontado, que así será.
Las motivaciones pueden ser:
- fundamentales (el hambre, la sed, la atracción sexual, el sueño…)
- secundarias (seguridad, afecto, autoestima, gozo…) que para los seres humanos tienen gran importancia.
Los
intereses son motivaciones secundarias a las que añadimos cierto
aire complaciente que supera la simple necesidad de satisfacerla.
En la "Teoría
sobre la motivación humana", Maslow estableció una
jerarquización de las necesidades humanas. Es la famosa pirámide
que lleva su nombre (archiconocida y trillada, la he visto de mil
maneras, jerarquizando marcas, chicos, chicas, futbolistas…),
expresa, que a medida que una persona tiene cubiertas unas
necesidades más básicas (la base de la pirámide); desarrolla
intereses, motivaciones y necesidades más elevadas. Y todos
aspiramos a satisfacer necesidades superiores (aunque alguno se
conforme con comer, dormir, y ver la tele…). Al "crecer"
como seres humanos, ascendemos en la pirámide, si hay una regresión
iremos hacia abajo.
No
obstante, desde los años 80, otros psicólogos han disentido de esta
teoría, al no encontrar evidencias cuantitativas suficientes, o
valorar individuos en los que no existía jerarquía alguna. También
algunas personas se autorrealizaban con grandes carencias materiales,
pero no espirituales. Además la felicidad es subjetiva, y no depende
de necesidades ni roles culturales.
Profesionalmente, la experiencia me dice que en la práctica, esta
teoría aunque tenga "pegas" es útil, en particular cuando
incidimos en grupos de individuos pequeños y medianos; en los que
hay que priorizar una serie de factores más influyentes, dejando de
lado otros menores; si pretendemos conseguir cambios en las
conductas, motivación, intereses…, del mayor número de
participantes en el grupo. Pero desde el campo de la las Ciencias de
la Salud, principalmente enfermería y medicina, (cimentada en
conceptos psicológicos, sociológicos y psicopedagógicos) se
desarrolla un nuevo enfoque respecto a la Salud. Que entiende como
una combinación de factores biológicos, psicológicos y
sociales-trascendentales. Y que me parece válido, igualmente,
extrapolarlo a la personalidad, a la conducta, a la motivación
humana. Ese abordaje bio-psico-social-trascendental, pretende cambios
positivos en hábitos de vida, higiénicos-dietéticos, etc.
Conseguir ese cambio es una de las tareas más arduas
que conozco, exactamente como conseguir cambios conductuales. Basarse
en ambas teorías, me parece la actitud más honesta y operativa YA
QUE CADA PERSONA ES ÚNICA Y ESPECIAL, SIMILAR PERO DISTINTA A LOS
DEMÁS, LO QUE ES "NORMAL" (--sic-- odio ese término) PARA
UN INDIVIDUO, PUEDE SER LO MÁS "ANORMAL" PARA EL RESTO.
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