martes, 9 de julio de 2013

PERSONALIDAD, MOTIVACIONES Y ESTRÉS B


PERSONALIDAD, MOTIVACIONES Y ESTRÉS  B

           Hablamos de motivaciones, intereses; como factores que nos mueven hacia algo, hacia una acción (aunque no sea inmediata y pueda quedar suspendida en el tiempo, hasta que la realicemos). Nuestro comportamiento, voluntad, están condicionados por la motivación, para actuar con arreglo a sus necesidades. Si la motivación siempre es negativa, la actitud ante la existencia también lo será. Si mi mente predispuesta, siempre me dice "pobrecillo, que pena das, nadie te valora ni te quiere, todos se aprovechan de ti, nunca serás nada…" ten por descontado, que así será.

Las motivaciones pueden ser:
  • fundamentales (el hambre, la sed, la atracción sexual, el sueño…)
  • secundarias (seguridad, afecto, autoestima, gozo…) que para los seres humanos tienen gran importancia.
              Los intereses son motivaciones secundarias a las que añadimos cierto aire complaciente que supera la simple necesidad de satisfacerla.
En la "Teoría sobre la motivación humana", Maslow estableció una jerarquización de las necesidades humanas. Es la famosa pirámide que lleva su nombre (archiconocida y trillada, la he visto de mil maneras, jerarquizando marcas, chicos, chicas, futbolistas…), expresa, que a medida que una persona tiene cubiertas unas necesidades más básicas (la base de la pirámide); desarrolla intereses, motivaciones y necesidades más elevadas. Y todos aspiramos a satisfacer necesidades superiores (aunque alguno se conforme con comer, dormir, y ver la tele…). Al "crecer" como seres humanos, ascendemos en la pirámide, si hay una regresión iremos hacia abajo.
No obstante, desde los años 80, otros psicólogos han disentido de esta teoría, al no encontrar evidencias cuantitativas suficientes, o valorar individuos en los que no existía jerarquía alguna. También algunas personas se autorrealizaban con grandes carencias materiales, pero no espirituales. Además la felicidad es subjetiva, y no depende de necesidades ni roles culturales.

              Profesionalmente, la experiencia me dice que en la práctica, esta teoría aunque tenga "pegas" es útil, en particular cuando incidimos en grupos de individuos pequeños y medianos; en los que hay que priorizar una serie de factores más influyentes, dejando de lado otros menores; si pretendemos conseguir cambios en las conductas, motivación, intereses…, del mayor número de participantes en el grupo. Pero desde el campo de la las Ciencias de la Salud, principalmente enfermería y medicina, (cimentada en conceptos psicológicos, sociológicos y psicopedagógicos) se desarrolla un nuevo enfoque respecto a la Salud. Que entiende como una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales-trascendentales. Y que me parece válido, igualmente, extrapolarlo a la personalidad, a la conducta, a la motivación humana. Ese abordaje bio-psico-social-trascendental, pretende cambios positivos en hábitos de vida, higiénicos-dietéticos, etc. Conseguir ese cambio es una de las tareas más arduas que conozco, exactamente como conseguir cambios conductuales. Basarse en ambas teorías, me parece la actitud más honesta y operativa YA QUE CADA PERSONA ES ÚNICA Y ESPECIAL, SIMILAR PERO DISTINTA A LOS DEMÁS, LO QUE ES "NORMAL" (--sic-- odio ese término) PARA UN INDIVIDUO, PUEDE SER LO MÁS "ANORMAL" PARA EL RESTO.


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